jueves, 19 de noviembre de 2009

144.- SIN LUZ
Una tarde cualquiera de otoño, volvía del trabajo, pensaba en mis cosas... en tus ojos, en la compra, en aquel día en el que esperaba volver a verte, lo que tendría que hacer mañana, tus caricias...
¡Un momento!... me detuve, la calle estaba apagada, las sombras eran únicamente las de una luna en cuarto creciente, aquella noche acompañada por un brillante lucero a sus pies, a su vera...radiante.
Me detuve y respiré. Sentí la brisa en mi piel, el olor de la calle, su sonido y como no, me di un baño de luz de luna, saboreándola como si de un helado en agosto se tratara.
Me sentí a mí misma esa noche, mientras volvía a casa acompañada por: la luna, un lucero y por mí. Ahora me llevaba conmigo ¿dónde habría estado este tiempo?.
Me detuve y me encontré.

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