Detrás de la barra. Botellas y botellas que de vez en cuando se mueven contigo y te acompañan; cuando pedimos, cuando esa sed que tu no recuerdas, que no llegas a ver, nos hace animales que braman, ladran o gimotean para que el licor llegue a la boca. Mercader de necesidad de almas sin consuelo. Espectador de lujo en el escenario de la desidia y la sodoma. Y sólo la música para hablar. Barman.
miércoles, 18 de noviembre de 2009
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