viernes, 20 de noviembre de 2009

197.- Caminar
Salgo a ella cuando nadie hay y refresco mi alma con su magia inmortal y ensayo un poema que la brisa del mar no escuchará y lloro una lagrima que el viento en sus alas ha de llevar y paso por el bar aquel que fuera antes mi lugar y mas allá esta el mar a donde mas tarde he de acabar porque la magia de estas horas con la Luna que testificará, harán pensar que estaba ebrio cuando en realidad solo estaba mal…
Y vuelvo al mar a donde las gaviotas están, y de él de nuevo al bar a tomar un poco de coñac, y viendo aquel letrerillo: Rvbicon Bar, otra lágrima se me caerá, y el viento de esta tarde, sobre esta calle del sol, que azotará, finalmente arreciará…

Y anochecerá.

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