jueves, 19 de noviembre de 2009

156.- SOLITUD
Sentada y sola una mujer en el Bar se encuentra, y su alma esta abierta y sus ojos, oh Dios, parecen de perlas; sentada alli con su copa de licor, uno solamente la observa.
Se le dice a uno: “no te enamores de ella porque su corazón es indefinido”, pero uno cae rendido a su mirada de diosa y su encanto de musa ; un verso de mujer que en el hogar no se halla y es como el veneno dulce de las plantas.
-- “Te invito un trago”.
Y la amistad empieza; uno cree que es astuto; que se cuida, pero tiende lazo a su alma y la mosca finalmente cae en la telaraña y no saldrá de ella salvo muerta ya y sin esperanza; porque la araña se lo habrá de beber todo como el coñac que ahora él a ella le ha invitado.
-- “¿Cómo te llamas?”
-- “Solitud”.

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