jueves, 19 de noviembre de 2009

173.- El Encuentro
Ramiro, camarero del Calma Chicha, aunque aparenta más, tiene cuarenta y tantos; es tan enjuto, como de palabras escaso, y, su rostro es el reflejo de una saludable mala vida. Tan discreto en sus actos, cuando te habla, en susurros, una confidencia parece que te ofrece. La clientela, con sus "dimes y diretes", dice que estuvo en un brete de casarse con una gitana guapa. Solitario, hasta jugando a las cartas, desde el otro lado de la barra, te silencia el pensamiento con legítima mirada. Marisol, fiel parroquiana del local, con vehemencia aspira a conocerlo, lo observa y lo interroga con la ausencia de palabras. Ramiro corresponde con su sigilo misterioso. Es su secreto a voces, su deseo de encontrarse; nuestras sonrisas cómplices, expresadas con miradas, esperan el desenlace de ese encuentro cauteloso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario