jueves, 19 de noviembre de 2009

174.- DESAHOGO
No pretendas que el sol salga sin ti, no aspires a que la luna se quede en el cielo esperando la marea. Soy la mar, voluptuosa, a un paso del silencio. Tus palabras devienen callada protesta a mis atardeceres en soledad, al lecho sin tus olores de hombre. Me adormezco con el ruido de mis olas que protestan ante tu escape tierra adentro.
El amor es un espejo en que deseo mirarme, un espejo para que el mar se adueñe del azogue y de mi rostro reflejado en tu cara. Tus ojos escudriñan, reprenden, acarician con el celo del que siempre regresa, del que avanza entre las saladas aguas de mis besos.
El Amor es un grito en el pecho. Por eso vengo todas las noches a acallar esos desgarramientos, a desaparecer en cada copa para renacer al otro día, a esperar que salga el sol y regreses.

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