jueves, 19 de noviembre de 2009

169.- Qué va a ser.
En silencio entro en el único bar abierto. El chirrío del suelo de madera que recorro hasta la barra, denota mi presencia. Tras ella, el camarero me observa a la espera de escuchar al primer cliente del día.
-Un carajillo.
El arqueo de sus cejas hace que dude pero, antes de que me pudiera arrepentir, mi cabeza hace un movimiento involuntario reafirmando así mi solicitud.
Absorto en mis pensamientos observo cómo el brandy se evapora y, con el ruido de la bomba a presión de la cafetera, vuelvo a mí ser, analizando y disfrutando de esta delicia de la que participan todos mis sentidos.

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