jueves, 19 de noviembre de 2009

158.- EL FAVOR
El sol bañaba ya la calle. Se dio cuenta de que no la reconocía a pesar de que tantas noches, como un gato vagabundo, había recorrido sus aceras “movedizas”. Estaba aturdido, como sumido en una profunda amnesia.
Recordaba cómo había llegado. Sabía que en algún momento de la noche anterior había visto sus ojos grandes al fondo de la barra del Rvbicón. Aquellos dos pozos sin fondo que, sin embargo, brillaban ayer de una forma tan especial que casi asustaba mirarlos.
Y entonces pasó. Dos años después de que la viera apostada en aquel mismo lugar del bar y sus ojos se cruzaran, sus impenetrables labios se despegaron para hablarle por primera vez.
-Tengo que pedirte un favor. Necesito que tú…
Ahora era de día. Había un cuerpo en la calle, sangre en sus manos y en el alma la marca del precio pagado por dos ojos negros.

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