jueves, 19 de noviembre de 2009

155.- SILENCIO DE SOMBRA
Necio sería si le quitara toda la importancia. Iban de la mano, lo he visto, no es algo que uno se pueda imaginar. Indudablemente, cuesta creer lo que a veces a uno le cuentan. Acuclillado en este portal, me acabo de quedar sin tabaco – todos, el “Dólmen”, el “Rubi”…, ya han cerrado, pero no pierdo detalle de cuanto me rodea. La calle, gran paradoja, es un enorme silencio de sombra. Puede que sean ya más de veinte minutos, no lo puedo precisar, pero antes o después tendrán que salir de su escondrijo de drogas y sexo y pasar por delante de mi, no hay otro camino. No necesito armas ni montar ningún escándalo, no es esa la cuestión. Nunca me ha gustado la violencia, la verdad. Sólo quiero cruzar nuestras miradas en silencio. Esa será mi venganza: la foto imborrable de mis ojos.

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