miércoles, 18 de noviembre de 2009

128.- NOSTALGIA
Ahora que se había quedado solo, después de la fiesta de despedida, Adrián, se apoyó en el mostrador. Su corazón y su cerebro a una, comenzaron a rememorar los momentos vividos en su pequeño, pero acogedor bar, con “su familia”; como él llamaba a sus clientes. Recordó cuando nació Lorena, la nieta de Lorenzo y todos le recibieron como el super abuelo, o cuando murió Armando, el zapatero, que la tristeza inundó el local. Todos formaban parte de la historia de aquellas cuatro paredes. Pero de sus clientes, la más entrañable era Nuria la modista, siempre con su canastilla repleta de cariño para todos.
Se pasó las manos por el rostro, y al tacto percibió las arrugas que el paso del tiempo le había dejado.
Me llevo lo bueno y lo malo de cada uno, sonrió y salió sin mirar atrás.

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