viernes, 20 de noviembre de 2009

198.- LA CONVENCIÓN
Todas las sillas sentadas igual y de un parecido asombroso.
-¿Se trata de una convención de espejos?- pregunté, ay de mí, esperando respuesta.
-Dese la vuelta- me indicó el taburete que andaba fijado en el suelo a mi lado-. ¿Ve esa taberna al
otro lado de la calle? Está llena de gente. Siempre lo ha estado.
-No entiendo-. Pensé en voz alta.
-Mi abuelo, el mejor taburete de toda la familia, había trabajado allí. Y también lo pusieron fijo-
añadió-¿ Sabe cual fue la primera pregunta que se hizo el primer día allí?-.
Le miré, literal y metafóricamente, por encima del hombro y con apenas un grano de curiosidad en
la barbilla. Mas, le fue suficiente.
-¿Cual?- Le pregunté aburrido.
-¿Se trata de una convención de espejos? Dijo el viejo. ¿Lo entiende ahora?- Sonrió el taburete.

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