lunes, 16 de noviembre de 2009

88.- El Zoilo viejo
Zoilo, sí. Como mi padre. El bar este era de mi padre, ¿sabe? Treinta años lo atendió. Y después me lo dejó. Claro que entonces… mucha menos gente. Esto que ve empezó hace poco… Primero un tipo me saca una fotografía. Ahí venían los de siempre, nada más. Y un día el tipo vuelve, Pedro se llama, creo, y resulta que ganó algo con esa foto, y me ofrece un dinero. Yo lo rechacé, pero insistió… y me hacía falta. Tiempo después llega otro hombre. Resulta que ganó un concurso, escribiendo sobre la foto ¿Puede creer? Y me da algo también. Yo necesitaba justo esa cantidad. Rarísimo. Y ahí, la gente fue viniendo, comentaban del concurso, se quedaban a tomar algo…
Y acá los ve: un milagro.
Qué quiere que le diga, para mí, el Zoilo viejo anda aburrido allá arriba, y sigue ocupándose de su bar…

No hay comentarios:

Publicar un comentario