miércoles, 11 de noviembre de 2009

9.- ADELAIDA.
Adelaida. Ese es mi nombre. O al menos lo era.
E sido una gran modelo, una mujer guapa y joven. Siempre me han comparado con una rosa. ¿Qué ironía verdad?
Yo estaba cumpliendo mi sueño, hasta que una mañana me desperté y me mire al espejo.
Me di cuenta de que me había echo mayor, que ya no era la misma, estaba vieja y fea.
Aislándome del mundo, me di a la bebida llegando al delirium tremens. Pero antes de fallecer, en un
momento de lucidez me di cuenta de que había cometido un error y en ese instante, caí muerta, sobre la alfombra de piel de tigre de bengala, con una rosa en mi mano izquierda y en la otra mano, el espejo en el que me mire por última vez.

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