51.- MEDITACIONES
Esta no se entera. Hemos progresado pero las tudancas no se enteran. Esta tampoco. Y parece más espabilada que otras que he conocido.
Se piensan que los prados son suyos. Van por las camberas como si les pertenecieran. No quieren conocer la verdadera realidad, porque la realidad siempre es verdadera. Ahora se enfadan porque las quieren encerrar a todas. Bueno, salir un ratuco sí que se lo permitirán.
Pero se acabó eso de campar a sus anchas por todas partes. Se pensaban que iba a ser eterno eso de beber en cualquier regato, tragarse toda la hierba que pudieran, dejar sus moñigas al azar y, encima de eso, pasarse las horas muertas con el cuento de “es que tengo unas digestiones muy pesadas, ¡que tengo cinco estómagos, caramba!”. Se acabó. Ya vamos a modernizar esto, es cuestión de hormigón, ladrillos y unos cuantoshoyos con un banderín clavado. Por fin.
Esta no se entera. Hemos progresado pero las tudancas no se enteran. Esta tampoco. Y parece más espabilada que otras que he conocido.
Se piensan que los prados son suyos. Van por las camberas como si les pertenecieran. No quieren conocer la verdadera realidad, porque la realidad siempre es verdadera. Ahora se enfadan porque las quieren encerrar a todas. Bueno, salir un ratuco sí que se lo permitirán.
Pero se acabó eso de campar a sus anchas por todas partes. Se pensaban que iba a ser eterno eso de beber en cualquier regato, tragarse toda la hierba que pudieran, dejar sus moñigas al azar y, encima de eso, pasarse las horas muertas con el cuento de “es que tengo unas digestiones muy pesadas, ¡que tengo cinco estómagos, caramba!”. Se acabó. Ya vamos a modernizar esto, es cuestión de hormigón, ladrillos y unos cuantoshoyos con un banderín clavado. Por fin.
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