lunes, 16 de noviembre de 2009

50.- “Hasta mañana a las ocho...”
Quizá la necesidad o quizá la desesperación de subir el escalón del antes al después. La opción de un indeciso centrifugado.
Me imaginé, no se porqué razón, que era inmune, y me equivocaba.
La debilidad me quiere pasar factura. No puedo permitirme el lujo de arruinarme
emocionalmente.
Voy plantando semillas, regando con cariño cada kilómetro de mi carretera, fortaleciendo la esperanza. Es bello alegrar la vida de quien se deja, colgarte la medalla con modestia.
El hecho de que me dejen sorprenderles ya es para mí pura convivencia.
Dosis de felicidad para antes de que anochezca.
Hoy ha sido un gran día.
Aparto colillas de cualquier cenicero, bien despierta me dispongo a soñar y a divinizar una realidad que ahora mismo me da la gana que sea la mía.
Preferencia de evitar un enfrentamiento con mi sentido común.
“...en un café se rifa un pez...”
Buenas noches querido bar.

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