Algo quería de mí, y no se qué. Me miraba, yo no se que vería en mis ojos. Hipnotizada, me hipnotizaba. Sólo recuerdo que no podía moverme, que tenía miedo, como cuando después de la epidural parece que no puedes mover las piernas. Todos los bares de aquella calle no fueron suficientes para despertar.
miércoles, 18 de noviembre de 2009
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