lunes, 16 de noviembre de 2009

52.- MIS PASOS
Recuerdo que mis primeros pasos fueron de la mano de mi madre.
Después, los mismos pasos, un poco más grandes, me llevaban hasta el colegio.
Luego, hubo un tiempo en que detenía mis pasos frente al escaparate de la tienda de cerámica. Allí contemplaba perpleja como una bailarina daba vueltas sin parar sobre una cajita de música.
Pasados los años, estos mismos pasos, ligeros, se dirigían al estudio de danza.
Me hice mayor, y mis pasos recorrieron su noche.
Un día, éstos la abandonaron.
Entonces, mis pasos vivieron en otros lugares hasta que el eco de mi infancia me invitó a recorrerla de nuevo, y ahora junto a otros pasos me recuerdan lo que fui y viven lo que soy.

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